Habitual Soledad

La soledad del poeta es la plenitud del poema (Ricardo Yáñez).

 
Leit motif
Los milagros que ocurren constantemente, siempre alrededor de Soledad. Esta es una bitácora para llevar el recuento de tales eventos.
Solitudine
Ma fa il possibile per non mettere in rima, rompe il verso, lo profana come un atto di resistenza.
Más del autor
Maga
hace poemas / piensa / la coartada abstracta / hace volar la moneda / y emprende su destino de ave / un truco más / Maga / la repetición interminable
domingo, mayo 09, 2010
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Escena número 1. Messenger (fragmentos de).

Vicky Sancta says:
Oye! Soledad si existe
virtual diablo says:
sí, claro, existe
Vicky Sancta says:
Yo pensé...
virtual diablo says:
qué cosa
Vicky Sancta says:
no nada, olvídalo
virtual diablo says:
de acuerdo
Vicky Sancta says:
bueno que los poemas me los escribías a mi... o sea... que te inspirabas en mi... así me dijiste una vez
virtual diablo says:
ahora que sabes que Soledad existe eso cambia las cosas
Vicky Sancta says:
Me mentiste!
virtual diablo says:
digamos que use un recurso literario
Vicky Sancta says:
Y se puede saber cuáles si fueron hechos pensando en mi?
virtual diablo says:
importa?
Vicky Sancta says:
Me gustaría saberlo!
virtual diablo says:
quizá dos... tres... ya no tiene importancia



Escena número 2. Del amor eterno.

Siempre había asociado la felicidad con fríos extremos, por eso cuando su voz paso a través de mi y un escalofrío hizo temblar mi cuerpo, lo primero que tuve en mente al encontrarla buscando -y encontrándome- fue en que el amor a primera vista era real. Como un faro iba iluminando el horizonte de la calle mientras frenéticamente buscaba ¿importa lo que buscaba? creo que ya no.
La luz de una mirada, el calor de una voz, el fuego del tacto o el veneno del aroma que es inconfundible. A la distancia todas esas baratijas tienen una explicación bastante sencilla. Lo entendí cuando vagaba por el barrio de San Telmo y en los bazares de antigüedades reconocí fragmentos de vidas que habían quedado truncadas... por la muerte o por el olvido, lo mismo a final de cuentas.
Entonces, de la misma manera que los primitivos ancestros o que los primeros apóstoles, deje toda idea de divinidad y fui a seguirla exactamente como a un dios, o diosa. El estado de gloria inconfundible y la adoración en cada sonido que venía de su interior.



Escena número 3. Messenger (fragmentos de) -continuación-.

Vicky Sancta says:
Yo creo que lo dices para hacerme daño
virtual diablo says:
el daño está hecho desde hace mucho tiempo, a estas alturas es ocioso seguir con lo mismo
Vicky Sancta says:
Y el amor ese que decías que es eterno y único
virtual diablo says:
estaba equivocado evidentemente
Vicky Sancta says:
Admites que te equivocaste!
virtual diablo says:
sí, me equivoco con frecuencia
Vicky Sancta says:
Yo no



Escena número 4. El tiempo y el espacio.

Dice Soledad que Vicky jamás tuvo oportunidad, ni la menor idea. Dice que me tomo por el hombro... después pero antes. Dice que no puedo entender la trayectoria del tiempo espacio y que el odio puede darse lujos de encontrar atajos para lograr venganzas de dulce sabor.
Mientras tanto en alguna parte del basto espacio hay una estrella que años atrás consumió imprudentemente todo su combustible y está en el ocaso de su existencia. Ni la arrogancia de la otrora luz pudo garantizar la perpetuidad. Entonces el brillo salvaje y hermoso se va convirtiendo en chorros de estúpida impotencia en el final de su vida. Por supuesto que ocurrió mucho tiempo y espacio antes, pero sólo ahora los ojos pueden percibir. El tiempo va y viene a su antojo.
Dice Soledad que Vicky no se merece nada. Dice que goza viendo a Vicky proyectarse hacía un callejón sin salida.
Pero si el cielo está poblado de estrellas y formas exóticas.
"Ya ni siquiera es tema".



Escena número 5. Ciudad Soledad.

Hubo un tiempo
que la ciudad se levantaba temprano
su vertiginoso ritmo hasta entrada la noche
parecía que los cuerpos volaban
el tráfico, el sonido de los celulares, el paso de prisa
y cuando amanecía el siguiente día

eran ruinas
abandonadas al paso del tiempo
una visión de su destino
como una pesadilla
y dolía cada calle, cada edificio, hasta el viento al dar vuelta en las esquinas

y así, un día luminoso
y otro terrible

pero siempre mis pasos
y Soledad -ángel terrible-
metamorfoseándose
volando en sigilo

cuando niño
solía correr con desesperación
podía ver ángeles y tragármelos
me hice una bestia terrible por las noches
condenado por pecados que no cometí

y aquella religión fue cayendo a pedazos
no quedaban ni templos, ni dioses, ni recuerdos, ni esperanza

entonces tuvo más sentido
la desesperación por alcanzar el fin del mundo
y estuve en tantas tierras distantes buscandolo

Soledad omnipresente
en cada ojos que miraba, en cada piel, en los alientos
en cada sorbo de café o de scotch
en las piedras mojadas que reflejan

sólo una fantasía.



Escena número 6. Nueva Soledad.

Soledad es un año completamente nuevo. Con nuevos continentes, polos y meridiano. Su más potente luz es negra, su elemento es la noche y lo más profundo del miedo. Cambia de mareas como cualquier mar, y es igual impredecible. Soledad se esconde en la simetría de las tragedias. Soledad se estrena en cada minuto que viene con el cambiante clima también. No pierde vigencia y su veneno es cada vez más adíctivo y más potente. Las deliciosas mentiras de Soledad. Nueva.



Escena número 7. Diablo.

Tengo que admitir que nunca quise, y tampoco fui bueno para leer los signos de los tiempos.
Nací un día bastante singular. En el barrio decían que ese día aparecían nuevas estrellas en la noche del cielo y que también en la tierra aparecía un alma con la capacidad de interpretar los deseos de Dios. Ese día nací yo. A mi me parecía casualidad, otros opinaban que estaba destinado a redimir muchas vidas.
Mis sumas no alcanzaban para explicar a Dios. A manera de hacerles entender, encendí fuego a los templos, en grandes lenguas de fuego renuncié a mi destino y comenzaron a llamarme diablo.
Soledad a la distancia sabía de los desatinos de esta comunidad ignorante, reía, se reía de nosotros.
Soledad también vistió de llamas, descendió a mi lado. Todo comenzó a develarse. La fragilidad de todas las creencias.
Nadie se salvo.



Escena número 8. Soliloquio.

El paraíso en llamas
el desierto de la vida cada vez más árido

el transito de las horas
inerte

el eco me trae
mi voz en distintas palabras
soliloquio de la locura

mi casa, en lo alto:
la luna, luz falsa:
mi cuerpo, apenas una sombra:
vagando, el abandono de la razón

las huellas que dejo
serán borradas por el viento apacible
la calma que derrumba cualquier ideología

sin guía
uno camina en círculos
piensa para llegar al origen

y tanto tiempo parece sin sentido
un desperdicio
del ser.



Escena número 9.

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Por Oscar Huerta @ 10:40 p.m.  
El autor
Yo: Oscar Huerta
Desde: Guadalajara, Jalisco, Mexico
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